Kilian es un chico transgénero que comienza a hacer su proceso de transición a través de un tratamiento de reemplazo hormonal. Su abuela es una mujer que ha trabajado toda su vida por tratar de mantener una conducta intachable y moral en la sociedad y al enterarse de que su nieto es trans, por sus prejuicios personales, lo envía a la residencia San Luis, con la esperanza de que le quiten esas ideas de la cabeza. Es aquí en donde comienza la fascinante historia de Kilian, sabiendo que en el fondo es una mujer y que su nuevo nombre el cual ha optado para su nueva identidad de género es Edith.